LA ESCUELA A, MODO DE EMPLEO.
1.- LA ESCUELA ES UN LUGAR EN EL QUE NO TODO ESTÁ TOTALMENTE DETERMINADO, EN EL QUE ALGUNAS COSAS AÚN SON POSIBLES.
Esta lectura se maneja mediante la idea de interrogar a jóvenes sobre teorías y reformas a partir de sus vivencias. Dentro de este medio existen los sistemas cerrados los cuales asfixian a las personas nos interpelan, y que es en nuestra relación con ellas cuando construimos nuestra libertad. Este análisis puede conducir a la presunción de que alguna cosa es posible, pero sólo la implicación de los hombres puede hacer lo posible real.
Es necesario en este sentido de volver a la escuela a los maestros y a los alumnos, que ellos se apropien del tiempo y el espacio escolares, que ellos sean realmente “actores “o, si se prefiere, sujetos, que el trabajo en común en clase sea, para ellos, objeto de reflexión y de decisión, ocasión de libertad, dando lugar al acto pedagógico dentro del aula escolar.
2.- LA FUNCIÓN DE LA ESCUELA ES LA TRASMISIÓN DE SABERES.
La escuela es de carácter obligatoria pueden variar las edades, no es únicamente un medio para la justicia social, o para poderlos ayudar en la formación de su vida profesional, es en pocas palabras una necesidad social.
La escuela debe trasmitir saberes esto significa que debe permitir a cada cual liberarse de la inmadurez de las cosas. La escuela debe trasmitir a todos instrumentos conceptuales que permitan pensar el mundo, los seres y las cosas, en resumidas palabras “leer, escribir y contar” adaptada a las exigencias de estos tiempos.
La escuela pretende a hacer adquirir cuatro grandes tipos de “saberes”:
I. La adquisición de capacidades metodológicas.
Ser capaz de escuchar, ser capaz de aplicar instrucciones, de encontrar una información, de elaborar una documentación, de efectuar una síntesis, ser capaz de fijarse objetivos; analizar un fracaso y de comprender sus causas.
II. La adquisición de competencias que permitan al alumno comprender y dominar su inserción en la historia.
Las matemáticas, la literatura, la enseñanza de las lenguas se reducen a un catálogo de soluciones provisionales que, desligadas de las condiciones de su emergencia, sin la historia los adolescentes se encuentran confrontados a nociones cuyo verdadero sentido ignoran, por lo que no debe extrañar que después deserten de esa historia. Su objetivo es conseguir que los alumnos puedan vivir de modo abreviado la génesis de los conocimientos y apropiárselos activamente.
III. Si las capacidades metodológicas permiten al alumno dirigirse en sus aprendizajes, si éstos le ayudan a acceder a saberes que le dan algunas claves para comprender y dominar el mundo.
Se menciona en este apartado que la escuela fracasa en su misión. No sólo se salta porciones enteras de nuestra cultura, sino que además consigue, para ellos a quien tiene en cuenta, alejar para siempre a sus hijos. No es suficiente democratizar la cultura, nadie puede elegir lo que no conoce, lo que no ha encontrado nunca de forma verdaderamente viva.
IV. Escuela obligatoria hasta los dieciséis años debe permitir a los alumnos realizar su elección profesional de la forma más lúcida posible.
La escuela debe asegurar a todos una formación general idéntica hasta el término de la escolaridad obligatoria; debe, en este marco, liberarse de veleidades de formación profesional mal asumidas y permitir una toma de conciencia lo más amplia posible del universo económico, técnico y profesional.
Los alumnos más dotados tendrían más tiempo de realizar su elección profesional, sin en cambio no es así para los menos dotados pues su tiempo de elección es más limitado y se ve mucho más obligados a realizar eta elección. Formar al adolescente para elegir su profesión es también formarlo en autonomía, hacerlo capaz de evaluar sus resultados, de tomar en consideración las consecuencias futuras de sus actos.
3.- EL APRENDIZAJE NO SE PUEDE DECRETAR
Es necesario enseñar, pero no basta con decretarlo para que el aprendizaje se produzca; hay que añadirle, un poco de rigor y de imaginación, un poco de racionalidad y de deseo. La pasión de un alumno emerge cuando siente al enseñante apasionarse ante él, implicarse con el saber que transmite; lo importante es que el saber se encarne, que el enseñante lo haga suyo para que el alumno pueda, a su vez, apropiárselo.
4.- EL APRENDIZAJE SE REALIZA, EN CADA CASO, DE MANERA ACTIVA Y SINGULAR.
Es el alumno quien aprende y sólo él. Aprende a su manera, como nunca nadie ha aprendido ni aprenderá. Es en este sentido que la mayoría de los pedagogos afirman que conviene partir del alumno, de sus deseos y de sus intereses. Y añaden que deben proporcionar instrumentos para superar esos deseos y esos intereses llevados a conocimientos científicos. De esto deriva que la pedagogía sea considerada como el arte de la mediación, se las ingenia para construir un puente entre el niño y el saber. Centrarse en la génesis del saber en el alumno no exige pensar en la enseñanza en términos de situación de aprendizaje: se trata de crear situaciones adaptadas a cada alumno.
5.- EN LA ESCUELA, EL APRENDIZAJE SATISFACTORIO ES EL VERDADERAMENTE EDUCATIVO.
La escuela está dividida en dos vocaciones contradictorias: por una parte, su función de institución sociopolítica, encargada de transmitir saberes, apoyada en los niveles cognitivos de los individuos.
El otro sentido de la escuela es de naturaleza de comunidad de vida, encargada de propiciar al niño un entorno cálido y de permitirle crecer y estructurarse en el plano afectivo.
Existen tres razones que marca la didáctica: en primer lugar, porque la inasistencia sobre la relación selecciona a aquellos con quien relacionarse, determinado por factores socioculturales; en segundo lugar conviene recuperar de lo relacional los fracasos de su práctica didáctica antes de intentar superarlos; en tercer lugar la valoración de la psicología y de la educación se acompaña de la confesión de su incompetencia en ese dominio y excusa así fácilmente sus fracasos.
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